3 de febrero de 2014

En un lugar de La Mancha (por D. Santos Molina Fresneda)

En el año 2005 se cumplió el IV centenario de El Quijote. Tuvimos la ocasión de asistir a uno de los numerosos actos que se celebraron a lo largo de aquel año. Nos animaron (aunque yo lo hice desde aquí) a visitar el escenario de la novela más leída de todos los tiempos: La Mancha.

Aunque Cervantes dice en el prólogo de la obra que investigó los archivos de la Mancha ironizando sobre la importancia de esta tierra de nadie, lugar inhóspito carente de palacios, archivos y bibliotecas, fue él quien le ha dado fama universal.


¿Cuál es el lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiso acordarse?

Molinos en Campo de Criptana (Ciudad-Real) (I)

Nunca se sabrá con precisión porque nunca Cervantes podrá resucitar para confirmárnoslo. En el último capítulo del “Quijote” se apunta que el narrador, el árabe Cide Hamete Benengeli, decide no aclarar de dónde es el hidalgo cincuentón, “por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenerle por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia y Homero”. Y así es. A día de hoy la cuestión del origen del Caballero de la Triste Figura es capaz de provocar que se estén peleando los archiveros de varios pueblos castellanos. Hay que reconocer que la polémica tiene mucho de humor cervantino.

No podemos examinar las correrías de Don Quijote con criterios topográficos pues nos encontramos un lío tremendo ya que a cada paso de esas aventuras hay un cúmulo de inexactitudes monstruosas. Quizá lo hizo para no enemistarse con las autoridades y gentes de los distintos pueblos y ciudades que sin duda conocería por su actividad como recaudador de impuestos para la financiación de la Armada.

Lo bonito del “Quijote” es que ningún pueblo de La Mancha podrá adueñarse de Don Quijote como algo suyo. De todas formas y para seguirle el juego veamos a continuación algunos lugares que “sueñan” con ser ese lugar del que Cervantes no quiso acordarse:

Un grupo de académicos de la Universidad Complutense de Madrid dirigidos por Francisco Parra que es natural de Villanueva de los Infantes han publicado un estudio probabilístico con todas las localidades del Campo de Montiel, basado en el método de distancias-tiempos, y da como resultado de este método “científico” que se trata de Villanueva de los Infantes.
Parten de una hipótesis errónea ya que las citas que en El Quijote se refieren al Campo de Montiel dejan claro que el lugar de la Mancha era un pueblo cercano al antiguo y conocido Campo de Montiel: “Y dejando las ociosas plumas, comenzó a caminar por el antiguo y conocido Campo de Montiel”. Cercano sí, pero no situado en él. Yo creo que las matemáticas no se pueden mezclar con la literatura y que este estudio es un poco oportunista.

Para los primeros comentaristas es Argamasilla de Alba la patria del “Quijote”. Es aquí donde se encuentra la casa de Medrano, en cuyo sótano la tradición local afirma que Cervantes sufrió presión y que en ella comenzó a escribir su novela inmortal.

A pesar de mostrarse Cervantes voluntariamente impreciso y tener voluntad de no “recordar” el lugar, podemos leer su propia versión vertida en el Prólogo: “Qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginado de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel donde toda la incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación”.

Azorín en 1905 fecha del III centenario del “Quijote” dejó constancia de su visita a Argamasilla de Alba en su obra La ruta de Don Quijote mostrándose partidario de que éste es el lugar.

Otros pueblos que entran en disputa son Argamasilla de Calatraba, Albánchez, Mota del Cuervo, Alcázar de San Juan, Esquivias…

Por último para avalar la teoría del siguiente lugar es imprescindible la figura de Don Rodrigo Pacheco de Quijano al que se considera el modelo vivo de Don Quijote.

La Mancha: Tierra de Gigantes

Una obra tan impregnada de realidad como lo es el Quijote ha de tener profundas raíces en ella. La tradición que a él atañe es antigua, aunque no trascendió hasta que don Ramón Antequera lo revelara en el libro Juicio analítico del Quijote en 1863. Trata de demostrar que el protagonista “es fiel a don Rodrigo Pacheco de Quijano, noble y acomodado hidalgo que abrigaba resentimiento con Cervantes, nacido de los amores que tuvo éste con su hermana Magdalena y que habiendo perdido el juicio, le hizo llevar a la cárcel”.

En la capilla de la Virgen de la Caridad de Illescas, patrona de los marqueses de la Casa Pacheco que se halla en la Iglesia Parroquial de Argamasilla de Alba existe un cuadro con la leyenda: “Apareció nuestra señora a este Caballero estando malo de una enfermedad gravísima desamparado de los médicos víspera de San Mateo, año 1601, encomendándose a ésta y prometiéndole una lámpara de plata llamándola día y noche de un gran dolor que tenía en el Cerebro de una gran frialdad que le cuajó dentro”.

El lienzo representa a don Rodrigo Pacheco, una dama que bien pudiera ser su hermana Magdalena, San Mateo y San José. Sobre ellos la Virgen de la Caridad de Illescas. El cuadro está fechado en 1601 y la primera parte del “Quijote” aparece en 1605, luego podemos suponer con fundamento histórico un conocimiento directo de Cervantes sobre este hecho que le lleva a incluirlo en su obra: “de poco dormir y de mucho leer se le secó el cerebro de manera que vino a perder el juicio”.

Investigando en los archivos se han encontrado dos páginas escritas a principios del siglo XVIII en donde se localiza el árbol genealógico y se afirma que era natural de El Pedernoso (Cuenca). Se están continuando los trabajos de búsqueda en los archivos. Como no se ha encontrado la partida de bautismo en el archivo del Ayuntamiento ni en el archivo Parroquial se están haciendo gestiones para acceder al archivo familiar de la Casa Pacheco que son los marqueses actuales, descendientes de Don Rodrigo Pacheco. Así me lo confirmaba Pilar Serrano, secretaria de la Asociación de Académicos de Argamasilla.

En las primeras páginas de la novela no revela el apellido del protagonista (insinúa que se trata de Quijada o Quejana). Al final del libro, poco antes de morir, recupera la cordura y dice: “Yo no soy don Quijote de la Mancha sino Alonso Quijano a quien mis costumbres me dieron renombre de Bueno”. Véase la similitud con el personaje real de Don Rodrigo Pacheco de Quijano.

Así que por qué no pensar que el lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiso acordarse fuera El Pedernoso. Aunque el principal motivo es la procedencia del personaje Don Rodrigo Pacheco otros motivos pueden avalarlo:

Es un lugar muy cercano al Campo de Montiel se llega en una tarde a caballo.

Se hace referencia que se tarda una jornada para llegar a El Toboso. Desde Argamasilla de Alba no puede ser ya que hay unos 50 Km. En cambio desde El Pedernoso hay sólo 18 Km. Que perfectamente se pueden hacer en una jornada.

En la primera salida tras un día entero a lomos de Rocinante, llega hasta una venta que se supone cercana a Quintanar ya que se encuentra con Juan Haldudo, un vecino de Quintanar que está azotando a su mozo Andrés. Puede tratarse de Quintanar de la Orden que tiene una venta a 18 Km.

También se habla de la existencia de molinos de viento. Y en El Pedernoso se encontraban en abundancia. El molino Cotolix que se dice el más antiguo de la Mancha lo atestigua. Existencia de ventas o posadas situadas en el Camino Real. Es un sitio de paso que debía conocer perfectamente Cervantes. El geógrafo Tomás López en su mapa de la Ruta de Don Quijote de 1795, sitúa a El Pedernoso como único punto donde se cruza todo el recorrido.

Molinos en Campo de Criptana (Ciudad-Real) (II)


Puestos a imaginar, si el lugar de la Mancha fuera El Pedernoso, en nombre es más bien feo o digamos poco comercial y difícil de recordar y por eso decidió omitirlo o porque no le traía buenos recuerdos por el cacique del lugar que lo encarceló por piropear a su hermana.

Nos estamos peleando por cuál es el lugar de la Mancha, pero está claro que más allá de eso la obra es manchega al cien por cien. Reconozco la influencia que tengo por haber nacido en El Pedernoso para admitir la posibilidad de que se trate del lugar de la Mancha, pero el conocer el dato de la procedencia de Don Rodrigo Pacheco inspirador del “Quijote” me ha confirmado lo que siempre he querido creer.

Lo genial de El Quijote es que dentro de otros 400 años se seguirá leyendo y los pueblos seguiremos debatiendo sobre el Lugar de La Mancha. Lo que a Cervantes sin duda le habría encantado.





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