En el año 2005 se cumplió el IV
centenario de El Quijote. Tuvimos la ocasión de asistir a uno de los numerosos
actos que se celebraron a lo largo de aquel año. Nos animaron (aunque yo lo
hice desde aquí) a visitar el escenario de la novela más leída de todos los
tiempos: La Mancha.
Aunque Cervantes dice en el prólogo de
la obra que investigó los archivos de la Mancha ironizando sobre la importancia
de esta tierra de nadie, lugar inhóspito carente de palacios, archivos y
bibliotecas, fue él quien le ha dado fama universal.
¿Cuál es el lugar de la Mancha de cuyo
nombre no quiso acordarse?
Molinos en Campo de Criptana (Ciudad-Real) (I)
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Nunca se sabrá con precisión porque
nunca Cervantes podrá resucitar para confirmárnoslo. En el último capítulo del
“Quijote” se apunta que el narrador, el árabe Cide Hamete Benengeli, decide no
aclarar de dónde es el hidalgo cincuentón, “por
dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por
ahijársele y tenerle por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia y
Homero”. Y así es. A día de hoy la cuestión del origen del Caballero de la
Triste Figura es capaz de provocar que se estén peleando los archiveros de
varios pueblos castellanos. Hay que reconocer que la polémica tiene mucho de
humor cervantino.
No podemos examinar las correrías de
Don Quijote con criterios topográficos pues nos encontramos un lío tremendo ya
que a cada paso de esas aventuras hay un cúmulo de inexactitudes monstruosas.
Quizá lo hizo para no enemistarse con las autoridades y gentes de los distintos
pueblos y ciudades que sin duda conocería por su actividad como recaudador de
impuestos para la financiación de la Armada.
Lo bonito del “Quijote” es que ningún
pueblo de La Mancha podrá adueñarse de Don Quijote como algo suyo. De todas
formas y para seguirle el juego veamos a continuación algunos lugares que
“sueñan” con ser ese lugar del que Cervantes no quiso acordarse:
Un grupo de académicos de la
Universidad Complutense de Madrid dirigidos por Francisco Parra que es natural
de Villanueva de los Infantes han publicado un estudio probabilístico con todas
las localidades del Campo de Montiel, basado en el método de
distancias-tiempos, y da como resultado de este método “científico” que se
trata de Villanueva de los Infantes.
Parten de una hipótesis errónea ya que
las citas que en El Quijote se refieren al Campo de Montiel dejan claro que el
lugar de la Mancha era un pueblo cercano al antiguo y conocido Campo de
Montiel: “Y dejando las ociosas plumas,
comenzó a caminar por el antiguo y conocido Campo de Montiel”. Cercano sí,
pero no situado en él. Yo creo que las matemáticas no se pueden mezclar con la
literatura y que este estudio es un poco oportunista.
Para los primeros comentaristas es
Argamasilla de Alba la patria del “Quijote”. Es aquí donde se encuentra la casa
de Medrano, en cuyo sótano la tradición local afirma que Cervantes sufrió
presión y que en ella comenzó a escribir su novela inmortal.
A pesar de mostrarse Cervantes
voluntariamente impreciso y tener voluntad de no “recordar” el lugar, podemos
leer su propia versión vertida en el Prólogo: “Qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la
historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios
y nunca imaginado de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel
donde toda la incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su
habitación”.
Azorín en 1905 fecha del III
centenario del “Quijote” dejó constancia de su visita a Argamasilla de Alba en
su obra La ruta de Don Quijote mostrándose partidario de que éste es el
lugar.
Otros pueblos que entran en disputa
son Argamasilla de Calatraba, Albánchez, Mota del Cuervo, Alcázar de San Juan,
Esquivias…
Por último para avalar la teoría del
siguiente lugar es imprescindible la figura de Don Rodrigo Pacheco de Quijano
al que se considera el modelo vivo de Don Quijote.
La Mancha: Tierra de Gigantes
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Una obra tan impregnada de realidad
como lo es el Quijote ha de tener profundas raíces en ella. La tradición que a
él atañe es antigua, aunque no trascendió hasta que don Ramón Antequera lo
revelara en el libro Juicio analítico del Quijote en
1863. Trata de demostrar que el protagonista “es fiel a don Rodrigo Pacheco de Quijano, noble y acomodado hidalgo
que abrigaba resentimiento con Cervantes, nacido de los amores que tuvo éste
con su hermana Magdalena y que habiendo perdido el juicio, le hizo llevar a la
cárcel”.
En la capilla de la Virgen de la
Caridad de Illescas, patrona de los marqueses de la Casa Pacheco que se halla
en la Iglesia Parroquial de Argamasilla de Alba existe un cuadro con la
leyenda: “Apareció nuestra señora a este
Caballero estando malo de una enfermedad gravísima desamparado de los médicos
víspera de San Mateo, año 1601, encomendándose a ésta y prometiéndole una
lámpara de plata llamándola día y noche de un gran dolor que tenía en el
Cerebro de una gran frialdad que le cuajó dentro”.
El lienzo representa a don Rodrigo
Pacheco, una dama que bien pudiera ser su hermana Magdalena, San Mateo y San
José. Sobre ellos la Virgen de la Caridad de Illescas. El cuadro está fechado
en 1601 y la primera parte del “Quijote” aparece en 1605, luego podemos suponer
con fundamento histórico un conocimiento directo de Cervantes sobre este hecho
que le lleva a incluirlo en su obra: “de
poco dormir y de mucho leer se le secó el cerebro de manera que vino a perder
el juicio”.
Investigando en los archivos se han
encontrado dos páginas escritas a principios del siglo XVIII en donde se
localiza el árbol genealógico y se afirma que era natural de El Pedernoso
(Cuenca). Se están continuando los trabajos de búsqueda en los archivos. Como
no se ha encontrado la partida de bautismo en el archivo del Ayuntamiento ni en
el archivo Parroquial se están haciendo gestiones para acceder al archivo
familiar de la Casa Pacheco que son los marqueses actuales, descendientes de
Don Rodrigo Pacheco. Así me lo confirmaba Pilar Serrano, secretaria de la
Asociación de Académicos de Argamasilla.
En las primeras páginas de la novela
no revela el apellido del protagonista (insinúa que se trata de Quijada o
Quejana). Al final del libro, poco antes de morir, recupera la cordura y dice: “Yo no soy don Quijote de la Mancha sino
Alonso Quijano a quien mis costumbres me dieron renombre de Bueno”. Véase
la similitud con el personaje real de Don Rodrigo Pacheco de Quijano.
Así que por qué no pensar que el lugar
de la Mancha de cuyo nombre no quiso acordarse fuera El Pedernoso. Aunque el
principal motivo es la procedencia del personaje Don Rodrigo Pacheco otros
motivos pueden avalarlo:
Es un lugar muy cercano al Campo de
Montiel se llega en una tarde a caballo.
Se hace referencia que se tarda una
jornada para llegar a El Toboso. Desde Argamasilla de Alba no puede ser ya que
hay unos 50 Km. En cambio desde El Pedernoso hay sólo 18 Km. Que perfectamente
se pueden hacer en una jornada.
En la primera salida tras un día
entero a lomos de Rocinante, llega hasta una venta que se supone cercana a
Quintanar ya que se encuentra con Juan Haldudo, un vecino de Quintanar que está
azotando a su mozo Andrés. Puede tratarse de Quintanar de la Orden que tiene
una venta a 18 Km.
También se habla de la existencia de
molinos de viento. Y en El Pedernoso se encontraban en abundancia. El molino
Cotolix que se dice el más antiguo de la Mancha lo atestigua. Existencia de
ventas o posadas situadas en el Camino Real. Es un sitio de paso que debía
conocer perfectamente Cervantes. El geógrafo Tomás López en su mapa de la Ruta
de Don Quijote de 1795, sitúa a El Pedernoso como único punto donde se cruza
todo el recorrido.
Molinos en
Campo de Criptana (Ciudad-Real) (II)
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Puestos a imaginar, si el lugar de la
Mancha fuera El Pedernoso, en nombre es más bien feo o digamos poco comercial y
difícil de recordar y por eso decidió omitirlo o porque no le traía buenos
recuerdos por el cacique del lugar que lo encarceló por piropear a su hermana.
Nos estamos peleando por cuál es el
lugar de la Mancha, pero está claro que más allá de eso la obra es manchega al
cien por cien. Reconozco la influencia que tengo por haber nacido en El
Pedernoso para admitir la posibilidad de que se trate del lugar de la Mancha,
pero el conocer el dato de la procedencia de Don Rodrigo Pacheco inspirador del
“Quijote” me ha confirmado lo que siempre he querido creer.
Lo genial de El Quijote es que dentro
de otros 400 años se seguirá leyendo y los pueblos seguiremos debatiendo sobre
el Lugar de La Mancha. Lo que a Cervantes sin duda le habría encantado.
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