27 de noviembre de 2011

Trailer sobre mi pueblo: Corral de Almaguer (Toledo)

Hola a tod@s, escribo esta mini entrada para mostraros un vídeo que han hecho unos amigos sobre mi pueblo, llamado Corral de Almaguer, en Toledo. En él muestran diversos edificios con fotografías hechas de noche, lo cual de confiere un carácter peculiar y totalmente distinto a cómo se conciben los edificios a la luz del día.

http://somoscorraldealmaguer.com/trailer/


De las fotografías decir también que aparece una casa que pertenece a mi familia, llamada "Casa Higueras" y sobre la cual estoy preparando un articulo sobre su historia y demás temas y que en breve me encantará compartirlo con vosotr@s.

Espero que disfrutéis del vídeo. Saludos y gracias a tod@s !!!

7 de noviembre de 2011

El papel de la juventud frente al Patrimonio - parte 2

Antes de proseguir, para recordar haremos una breve mención a la anterior entrada, en la que se vertieron distintas opiniones de toda índole, temas y problemática, llegamos a la conclusión de que se podía agrupar y resumir dichas opiniones en los siguientes fallos:

- Fallo en el interés.
- Fallo en las ayudas.
- Fallo en la formación.
- Fallo de comunicación y de difusión.
- Fallo de identidad.

Por lo tanto, una vez que somos conscientes de los problemas que la gente cree que existen, es hora de plantear unas posibles soluciones, algunas de ellas acertadas, otras no… pero que todo sirva para crear una base que solvente a corto y a largo plazo estos problemas:

Las construcciones antiguas “entorpecen” el crecimiento de las ciudades

Soluciones cuando el fallo es en el INTERÉS:

Que la juventud se interesa cada vez menos por estos temas es una realidad, por tanto, hay que plantearle a esa persona en particular o a la juventud en general por qué no le interesa.
Puede ser que como individuo particular no sepa cómo actuar, puede que sea porque sean temas que no le interesen, que no le sean relevantes o que no signifiquen nada en su vida diaria…

Por tanto, el primer paso es investigar los motivos de ese desinterés. Para ello podemos contar con los medios tradicionales, como encuestas, entrevistas… y con los medios modernos, como internet, las redes sociales…

Una vez conocidas las causas se debe pasar a la incentivación por medio de varias vías: una atractiva difusión con actividades que les sean de interés, como arte urbano, ofertas de tiempo libre y de ocio, mediante visitas y excursiones guiadas con una activa participación del joven, ayuda física e “in situ” en labores de restauración (tipo talleres)… y, muy importante, una oferta educativa y de enseñanza adecuada y atractiva, es decir, que no solo trate de temas generales como el Gótico o el Renacimiento y sobre edificios que puede que el joven no visite nunca o muy a largo plazo, sino incorporar edificios locales, su historia, sucesos…

Soluciones cuando el fallo es en las AYUDAS:

El tema de las ayudas, de las subvenciones… es bastante complejo pues, dando por hecho la actual y extendida situación de crisis económica, éste es uno de los principales puntos débiles de nuestro país en materia patrimonial.
Muchos jóvenes y muchas personas con estudios en restauración, en rehabilitación… se enfrentan a una carencia real de trabajo en este campo y con muchas dificultades.
Por tanto se debe favorecer el empleo de jóvenes investigadores que ven que la única salida laboral es emigrar a otros países donde la oferta laboral en temas de investigación es superior a las de su país natal.

Esto respecto de la situación laboral. Respecto a las ayudas a la conservación haría falta una nueva política en la que no solo se dependa, por ejemplo, del 1% cultural y de otras escasas subvenciones.

Sería de gran ayuda en este campo que los ayuntamientos locales favorecieran la conservación y la rehabilitación de sus edificios y monumentos históricos de manera equilibrada con respecto a los edificios de obra nueva, por ejemplo, realizando ambos de manera equitativa y destinando los fondos de manera equitativa, también.

Soluciones cuando el fallo es en la FORMACIÓN:

Puede darse el caso de que el joven no muestre interés por el patrimonio y por sus construcciones porque no conozca los edificios que le rodean, hecho que puede ser entendible ante la situación del joven con respecto a edificios de otras provincias o países, por ejemplo, ya que el actual sistema educativo trata la historia a rasgos generales, por épocas, por periodos… el Renacimiento, el Barroco… se muestran los ejemplos más representativos y a otra lección.

Por tanto, una manera de incentivar el interés, a parte de la recuperación de las enseñanzas y asignaturas obligatorias de historia y de arte en la enseñanza secundaria, sería la inclusión de la historia de los edificios históricos locales dentro de las materias de arte e historia, ubicarlos dentro de su época de construcción, técnicas, anécdotas… a la vez que se debería reforzar dicha historia local con un programa de visitas a dichos edificios para que la juventud pueda participar de él, que lo puedan ver, visitar, tocar, pintar, fotografiar, utilizar…

Por ejemplo, hablando con el IAPH, éste cuenta con un programa de visitas para escolares, cursos de formación para el profesorado en conceptos de patrimonio emergente y un servicio de orientación de empleo en patrimonio.

Soluciones cuando el fallo es de COMUNICACIÓN y de DIFUSIÓN:

Hoy en día estamos inmersos en todo tipo de nuevas tecnologías, donde predomina Internet, que se ha transformado en una herramienta de uso diario, sobre todo para la juventud, por tanto, debemos emplear dicha tecnología (Internet, redes sociales, buscadores…) para la creación de enlaces que acerquen estos temas a la juventud.

Una de las opiniones alegaba como motivo de ese alejamiento de la juventud que los edificios que se rehabilitan estaban enfocados a un uso especifico, como “museo de”, y otra opinión que están destinados, además, para un público específico.

Por tanto, uniendo ambas opiniones una buena propuesta sería la inclusión de actividades culturales más acordes a la juventud, como exposiciones de arte urbano, fotografía… en los edificios patrimoniales, además de lo propuesto en el apartando anterior de que las personas lo puedan ver, visitar, tocar, pintar, fotografiar, utilizar… ya que la gran mayoría de los edificios y monumentos están totalmente inaccesibles al público y cierto es que la masificación de visitas, de fotografías… puede dañarlo (como es el caso de las pinturas de Altamira) pero hacer más accesibles y más controladas las visitas favorecería el acercamiento de la juventud en particular y de la gente en general.

En el Programa Arquitectos de la Comunidad en Uruguay se organizan para jóvenes recorridos guiados y gratuitos en autobús por el patrimonio local de cada barrio y así se promociona el bien patrimonial que tienen cerca, pero solo se pudo hacer en pocas ocasiones porque se volvió muy compleja la gestión ante las autoridades escolares.

Soluciones cuando el fallo es de IDENTIDAD:

Por último, y no por ello menos importante, está el problema de la identidad, que el joven no sienta como suyos los edificios y monumentos que le rodean.
Se debe fomentar la idea de que el patrimonio es algo que les representa, que les proporciona una identidad, que el joven se reconozca como parte de esa historia.

Para ello volvemos a lo expuesto en el apartado de formación sobre la inclusión de la historia de los edificios históricos locales dentro de las materias de arte e historia.

El tiempo pasa… juega en nuestra contra

Como conclusión me gustaría terminar con una de las citas inscritas dentro de las opiniones y que, desde mi punto de vista, resume con exactitud la situación actual, y es que:

“… no se cuida lo que no se quiere y no se quiere lo que no se conoce…”

27 de octubre de 2011

El papel de la juventud frente al Patrimonio - parte 1

Ajenos a la realidad, pocos saben que cada día desaparecen edificios históricos, construcciones tradicionales… sufren vandalismo, desde pintadas hasta la propia destrucción… sin ir más lejos tenemos en mente los recientes incidentes ocurridos en el Reino Unido, con edificios del siglo XVIII, del XIX ardiendo… También ajenos a que la mayoría de estos actos son llevados a cabo por la juventud (ejemplo de esto decir que muchos de los arrestados en el Reino Unido son menores de edad, incitados incluso por sus propios padres).

Las construcciones tradicionales son las que mayor abandono y olvido sufren

Esto me llevó, hace un par de meses, al planteamiento de la pregunta sobre el papel que tenemos la juventud en materia patrimonial, de la restauración y de la conservación de nuestro patrimonio, en todos los sentidos, tanto el tangible (arquitectura, construcciones…) como el intangible (costumbres, tradiciones…).

Para ello lancé online esta pregunta a más de 150 personas, de todas las edades, tanto particulares como empresas, relacionados y no relacionados con el mundo arquitectónico… de las cuales SOLO respondieron 11 de ellos (y a los cuales les doy desde aquí mi más sincero agradecimiento por su aportación), incluso una de las respuestas es la del propio IAPH (Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico)… con lo que en una primera instancia corroboraría la opinión de la primera persona que me respondió y cuya opinión fue que:

“… poco a poco la juventud se va interesando menos por estos temas…”


Esta situación hace que se busquen “nuevos usos” para estos edificios

Para empezar, de las diferentes opiniones obtenidas, podemos sacar las siguientes conclusiones:

OPINIÓN nº 1:
§  La juventud se va interesando cada vez menos por el patrimonio.

OPINIÓN nº 2:
§  Existen principalmente dos grupos contrapuestos: los que disfrutan y se encargan de difundir el patrimonio (y no dudan en colaborar en su conservación) y los que ignoran el patrimonio (y algunos, en última instancia, no dudan en dañarlo o no se involucran en su conservación). Además entre ambos existe un amplio abanico de posturas, pero siempre destacan estas dos vertientes.


OPINIÓN nº 3:
§  Lo que falla es la desconexión, no porque a la juventud no le interese estos temas sino que desde los poderes públicos no solo no se favorece el acercamiento, además se obstaculiza.
§  No se realizan actividades para el público joven en los edificios patrimoniales, sino que se dedican a eventos culturales “específicos”.
§  La gente no aprende por sí misma, hay que enseñarla y acercarla al conocimiento.

OPINIÓN nº 4:
§  El patrimonio y la restauración deberían tener mejores estrategias de comunicación para llegar al público más joven.
§ Empleo de las nuevas tecnologías (Internet, redes sociales, buscadores…) para crear “puentes” que acerquen estos temas a la juventud.
§  Desde el mundo de la investigación no se favorece en absoluto que jóvenes investigadores puedan acceder a becas o entrar en grupos de investigación en condiciones dignas.

OPINIÓN nº 5:
§ Cuando un joven reconozca un lugar como propio, conociendo su historia, es cuando se llegará a interesar por dicho lugar y por su conservación.
§  La difusión de la historia de cada lugar único como tal hará que el joven se reconozca como parte de esa historia.
§  La difusión de la historia en tanto que cada persona pueda reconocerse como “parte de” y es ahí cuando empiezan a identificarse.

OPINIÓN nº 6:
§ La educación a niños y jóvenes es fundamental para conseguir la concienciación de la sociedad.

OPINIÓN nº 7:
§  Hay que conseguir que la gente joven (y la sociedad en general) sienta el patrimonio como algo suyo.
§ Que sientan que el patrimonio es algo que les representa, que les proporciona una identidad… que es el “marco” de sus vidas.
§  Conciencia cívica de su protección, no solo como un bien con un gran valor.
§ Participar de él, trabajar para que nuestro patrimonio se pueda ver, visitar, tocar, pintar, fotografiar, utilizar… a ser posible desde la infancia.

OPINIÓN nº 8:
§  La rama de la restauración está un poco olvidada dentro del conjunto de la arquitectura.
§ Solo se encuentran artículos con aspectos parciales de restauración y de obras de gran calibre.
§ Se echa en falta estudios respecto a estos temas, en cuanto al mantenimiento y la conservación de las construcciones tradicionales.
§  En la actualidad se le da excesiva importancia a la imagen.
§ Los concursos de arquitectura primero seleccionan por la mirada y después se fijan en el proyecto.

OPINIÓN nº 9:
§ Hay pocas personas preocupadas realmente por el patrimonio histórico.
§ La juventud, en general, está demasiado cegada por las nuevas tecnologías y avances, y no se preocupan de la historia (por desconocimiento, desinterés…).
§ En España no se ha hecho un uso inteligente del patrimonio, a la hora de restaurar se hacen “mezclas extrañas” y poco acertadas.
§ Todos los espacios se adaptan a “museo de”, “sala de exposiciones de”… Se mantiene la estructura y se llena el espacio de plataformas, cuando realmente lo interesante de los lugares históricos es el propio espacio que hay y que da la sensación de estar en un lugar por el que han pasado los siglos.
§  La mayoría de las veces solo se consigue que el lugar pierda de alguna forma su identidad.

OPINIÓN nº 10:
§ Se debe estimular la participación de jóvenes en el conocimiento y cuidado de los bienes patrimoniales.
§  No se cuida lo que no se quiere y no se quiere lo que no se conoce.

OPINIÓN nº 11:
§ Recuperar las enseñanzas y asignaturas obligatorias de historia y de arte en la enseñanza secundaria. De otro modo es imposible que la gente se interese.

A groso modo y, de momento, sin profundizar podemos observar que, a opinión de estas personas, el problema radica en distintos aspectos, desde problemas en la educación y en la enseñanza hasta en aspectos políticos, como subvenciones, concesión de becas y ayudas… pasando por una mala difusión, la mentalidad individual y la mentalidad colectiva… pero analizando más detenidamente las opiniones expuestas podríamos resumirlas para englobarlas en los siguientes fallos:

§  Fallo en el interés.
§  Fallo en las ayudas.
§  Fallo en la formación.
§  Fallo de comunicación y de difusión.
§  Fallo de identidad.

¿Mi opinión? Realmente no existe un único problema, no podemos decir que “el problema es…” ya que en realidad es una suma de pequeños errores y de problemas, de los cuales unos derivan en otros, como sucede en todos los aspectos de la vida, un problema sucede a otro, solventar un problema conlleva la aparición de otros…

No podemos achacar la culpa a una única cuestión pues, por ejemplo, los errores en la concesión de ayudas y subvenciones conllevan a problemas en la formación y en la comunicación / difusión, los errores en la formación y en la enseñanza, y también en la identidad conllevan a problemas de interés…
El problema no solo es que a la juventud no le interese, el problema además es que no nos preguntamos primero por qué no le interesan esos temas y después preguntarse de qué manera podría interesarse.
Nos sorprendemos de que las generaciones futuras no hereden nuestro interés por nuestro patrimonio cuando la solución la tenemos en nuestras propias manos.

El paso del tiempo y la vegetación, a veces, oculta el estado de las construcciones

En la próxima entrada expondré las posibles soluciones que se podrían plantear para solventar la situación actual, tanto desde el punto de vista educativo, económico…

1 de octubre de 2011

Las ermitas

Es curioso escuchar las respuestas de la gente cuando se le pregunta sobre lo más característico o sobre lo que recuerda de su pueblo natal. Algunos hablan de sus fiestas patronales, otros sobre algún producto típico… pero me quiero centrar en ese grupo de personas (en el cual me incluyo) que responde  que lo más significativo de su pueblo es la ermita. “… recuerdo aquella pequeña ermita a las afueras del pueblo…“.     

Las ermitas son pequeños santuarios o capillas que se sitúan normalmente a las afueras de las poblaciones, principalmente rurales o que lo fueron alguna vez, y que no suelen tener culto de manera permanente. Este hecho hace que, tanto la utilización esporádica de esta edificación como el avance de la despoblación y el abandono de las zonas rurales, sean motivos de abandono y de posterior y paulatina ruindad de la ermita.


Las ermitas no tienen una titularidad reconocida y siempre han sido sustentadas por los ayuntamientos donde se ubican o por los ciudadanos y feligreses desinteresadamente. Esta carencia de titularidad hace que poco a poco se vayan abandonando este tipo de construcciones ya que siempre están en segundo plano frente a las iglesias, que son las que se llevan la mayor parte de aportaciones económicas para su conservación y mantenimiento.
Entidades culturales y asociaciones de vecinos piden constantemente ante Consejerías de Cultura, por un lado, que los Ayuntamiento se impliquen en salvar las construcciones más relevantes y características que dan identidad a su localidad, y por otro lado solicitar aportaciones económicas para restaurar y reutilizar este tipo edificatorio.

La problemática que presenta este tipo de construcción toma dos caminos, dependiendo del entorno donde se ubiquen. Por un lado están las ermitas que se encuentran en núcleos rurales, las cuales también sufren las consecuencias de la despoblación y del abandono de estos parajes. El abandono de ermitas, de parroquias… se incluye al abandono del mismo pueblo y, al no existir entidades ni personas que velen por su mantenimiento, caen en desuso o son víctimas de pillaje y vandalismo. Pocas veces las imágenes de santos y vírgenes que albergan se libran de las manos de los mangantes.
Por otro lado se encuentra las ermitas cuyos núcleos urbanos se han expandido (véanse las ciudades) y han absorbido a la ermita o ermitas que antaño se localizaban a las afueras, y que ahora o pertenece al propio trazado urbano o, lo más extendido, acaban siendo derribadas.

En las siguientes líneas me gustaría aplicar esto último a ejemplos concretos y cómo, desde mi punto de vista, sería posible una recuperación de estas edificaciones.

El primer ejemplo es la ermita del Espíritu Santo de Muros de Nalón, en Asturias. Está situada en un mirador desde el cual se puede disfrutar de la playa del Aguilar y de unas vistas espectaculares, entre acantilados y rodeado de costa. Es una ermita de planta cuadrada, con un pequeño pórtico en la fachada principal y dos pequeñas ventanas en sus laterales. Dentro se ubicaban muestras escultóricas y pictóricas, quedando actualmente solo el retablo.
En la actualidad la ermita presenta buen estado, estructuralmente hablando, con muros y carpinterías también en buen estado, pero con el paso del tiempo y el abandono, está sufriendo las secuelas de estar cerrada, paredes con humedades y desconchadas, alrededores con maleza, ausencia de imágenes religiosas salvo el retablo…
Un uso alternativo y poco convencional que se le podría otorgar a esta ermita es su transformación en una pequeña zona de meditación, pero dada la ubicación de la construcción, la solución más conveniente sería rehabilitarla para su transformación en un centro de visitantes, de encuentro entre senderistas, ya que a la zona llegan bastantes turistas y el enclave es de interés naturista, con amplios merenderos y numerosas rutas de senderismo que bordean el litoral asturiano y parten desde este punto. La planta presenta la dimensión adecuada para su transformación y la inversión económica para su puesta en marcha sería muy reducida, limitándose su actuación al acondicionamiento interior y consolidación de paramentos verticales y horizontales, tanto interiores como alrededores.


El segundo ejemplo que me gustaría presentar es una de las ermitas de la localidad donde resido, y es la ermita de San Isidro (padres reparadores) de Torrejón de Ardoz, en Madrid. Se trata de una pequeña ermita, antes a las afueras de la localidad, que con el paso del tiempo la ciudad ha ido embebiendo, incluso construyéndose a su lado una terminal de autobuses. Posee una planta de cruz latina y durante años ha presentado un buen estado, oficiando escasos oficios actualmente.
El actual equipo de gobierno ha derribado la antigua terminal de autobús anexa y una carretera que la circulaba para transformar toda la zona en un amplio y cuidado parque, pero con carentes bancos, aunque cabe destacar que de nuevo ha retomado el uso que ha poseído siempre como templo.
El pero de la intervención reside en que uno de los laterales posee una línea de máquinas de aire acondicionado, hecho inexplicable ya que el muro de cerramiento de la ermita ronda los 80 centímetros, grosor suficiente para mantener una buena temperatura, tanto en invierno como en verano.
Pensar en un uso alternativo ahora no sería viable ya que se está re utilizando el edificio, pero antaño, cuando estaba abandonado, podría haberse utilizado como museo de la ciudad, ya que posee la dimensión suficiente para un pequeño museo de una pequeña localidad y así haber evitado la desaparición de un edificio emblemático de Torrejón para la construcción de dicho museo, ya mencionado en otras líneas.


El último ejemplo que quiero mostrar es la ermita del Santísimo Cristo de la Misericordia de Soto de Aller, en Asturias. Éste puede que sea el peor caso de los tres expuestos ya que se encuentra en total abandono, incluso estando declarada como BIC (Bien de Interés Cultural). Se encuentra a las afueras de la localidad, en un sendero camino a otra capilla más conocida, como es la de Miravalles.
El paso del tiempo y el abandono han hecho que esta ermita se esté hundiendo debido a la vegetación que crece a su alrededor, incluso en la cubierta. Es de planta cuadrada con un amplio pórtico principal y con espadaña sin campana, y dada su situación sería una ubicación perfecta para rehabilitarla como centro de visitas, al igual que la ermita de Muros de Nalón.
La inversión sería escasamente mayor dada la necesidad de consolidar los muros, pero un punto de encuentro entre la ermita y el santuario de Miravalles revitalizaría la zona, ya que Soto de Aller está poco a poco perdiendo habitantes, al igual que muchos núcleos rurales de la zona asturiana.


En ocasiones la titularidad de la ermita es dudosa, está entre el Arzobispado y el Ayuntamiento. En estos casos se puede llegar incluso a juicio, pero se demuestra en la mayoría de los casos que es el Ayuntamiento y, en particular, los feligreses y desinteresados los que sustentan en todos los sentidos dicha ermita. Ejemplos son la ermita de San Prudencio en Okondo (Álava), la ermita de Garísoain en el concejo de Guesálaz (Navarra)… ejemplos de batallas ganadas por el pueblo y por los concejos para obtener la titularidad de su ermita frente al Arzobispado, alegando que son los propios vecinos de la localidad los que mantienen y administran, sufragan los gastos que conlleva…

Desde mi punto de vista, la solución general aplicable a todas las ermitas empezaría por la incoación del correspondiente expediente para declararlas Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento, y a partir de aquí que fuera el Estado el encargado de velar por sus intereses o tutelando a los Ayuntamientos correspondientes ofreciendo los recursos necesarios, tanto técnicos como económicos. También sería solución que fuesen partícipes determinadas entidades privadas (dadas las pocas subvenciones otorgadas en materia de recuperación) que gestionen la recuperación y el mantenimiento de las ermitas, transformando si es necesario el uso, ya sean puntos de encuentro de visitantes, oradores (independientemente de la religión procesada), museos de identidad…

Es difícil concebir una ermita con otro uso distinto al de la oración, pero ante todo debe primar la recuperación de la edificación, el conservar parte de un modo de construir, de unos ritos que se practicaban hasta hace bien poco por nuestros abuelos. Creo viable que si es necesario cambiarle el uso en beneficio de la conservación que se haga, pues la recuperación no tiene que ver con creencias ni con credos, sino con arquitectura tradicional, pura y dura. Cierto es que si es factible mantener o restaurar la ermita como lugar de culto pues que se lleve adelante, pero si no es viable no deberíamos cerrar puertas a usos alternativos por diferencias de credo o pensamientos colectivos.

No siempre los monumentos son construcciones realizadas hace siglos, o milenios, o por eminencias en materia arquitectónica. Un monumento es reflejo de una época, de una manera de pensar, de actuar… en este caso, las ermitas refleja la ideología de pequeños grupos de personas que se acerraban a la fe en busca de soluciones a situaciones de guerra y hambruna, o pedían una oración por la obtención de una buena cosecha en épocas de necesidad.
También son lugares de celebración de romerías, de fiestas populares, arraigadas o no a la religión. Entonces… ¿por qué perder esta huella de nuestra historia?

22 de septiembre de 2011

El patrimonio intangible

Tenemos la tendencia innata de asociar la palabra patrimonio con algo material, con construcciones, con lugares determinados, con parajes históricos… No es del todo incierto, pero también existe un tipo de patrimonio formado en gran parte por elementos intangibles, por elementos no “palpables”. Ese patrimonio es el denominado patrimonio etnológico o patrimonio etnográfico.
Debemos de tener cuidado a la hora de clasificar los elementos que forman parte de este tipo de patrimonio, pues no todos son elementos intangibles, ya que podemos incluir la artesanía, las herramientas de trabajo de una determinada zona… y éstos son elementos tangibles.

Por un lado, el término patrimonio hace referencia a la herencia, al legado de nuestros ascendientes. Por otro lado, el término etnología hace referencia a los pueblos y a sus culturas, al análisis de la sociedad que integran esos pueblos… Haciendo una mezcla de ambos términos llegamos a la conclusión de que patrimonio etnológico hace referencia a la cultura y a los pueblos antepasados, a sus costumbres y tradiciones, a nuestras raíces.

El patrimonio etnológico se compone de una parte inmaterial (fiestas populares, folklore, gastronomía, costumbres, hábitos y muestras de vida…) y de una parte material (bienes muebles, como artesanía, aperos de labranza y utensilios; y bienes inmuebles, como molinos, secaderos o cualquier tipo de construcción vinculada a una determinada forma de vida).


Podemos incluir también como patrimonio etnológico y como bien a proteger, las lenguas de una determinada zona geográfica, como el silbo gomero (empleado para comunicarse en terrenos muy abruptos), las músicas regionales, sacras…
El problema surge de la complicada difusión de estos bienes intangibles, que es muy laboriosa y escasa, siendo a priori el medio escrito y el medio fotográfico los únicos medios posibles para registrarlo.

No nos olvidemos de hablar de los oficios que existían antiguamente o que existen actualmente luchando por permanecer, como son el pastoreo, la cestería, el soplado del vidrio… Tradicionalmente se han ido transmitiendo de generación en generación, de padres a hijos, pero debido a la despoblación paulatina de las zonas rurales y a la industrialización de materiales y procesos, esta herencia se ha ido perdiendo.


En los últimos años se han ido generando en torno a diversos pueblos españoles una especie de representación de oficios y costumbres que existían en siglos pasados. Son los denominados “mercados medievales” y, cierto es que generan unos recursos económicos considerables, sobre todo en zonas al borde del abandono, pero analizando lo que se nos muestra en este tipo de espectáculos podemos observar que los oficios que se exponen, por ejemplo, en un mercado medieval de un pueblo madrileño son exactamente los mismos que los de un pueblo andaluz, o asturiano.

Debemos dejar de lado los teatros en los que se han convertido los actuales mercados medievales y difundir las costumbres y tradiciones que poseían los pueblos de antaño de una manera objetiva, donde prime ante todo tanto la fidelidad histórica como la patrimonial, que representen oficios reales, pidiendo ayuda o fomentando la recuperación de una figura prácticamente olvidada, como son los Maestros Artesanos o, según la UNESCO los “tesoros humanos vivos”, término con influencia japonesa. Se puede representar cómo se vivía hace unas décadas, o unos siglos pero, por favor, siendo fieles a los oficios que existieron y que algunos aún persisten.


El patrimonio etnológico es uno de los patrimonios más olvidados, además de ser el menos valorado por las instituciones (que no establecen los presupuestos necesarios para su conservación y su difusión), relegándolo a patrimonio menor en relación a los demás. Esto acelera el riesgo que tiene el patrimonio etnológico de desaparecer o de solaparse con otros patrimonios, como el artesanal o el arqueológico.


A nivel social, el patrimonio etnológico es la “víctima” de la despreocupación social, del desconocimiento absoluto de nuestros antepasados y de la escasa sensibilización que se tiene por el entorno rural, relegándolo exclusivamente al factor turístico.
Intentamos por todos los medios borrar cualquier tipo de vinculación con el entorno rural y eso hace que poco a poco se pierda nuestra herencia, que el legado que se nos ha dejado desaparezca y, con ello, tradiciones, oficios, hábitos y modos de vida.

En España existe una ley principal que regula en cierta manera este tipo de patrimonio. Dicha ley es la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, donde dentro del Título VI, los artículos 46 y 47 solo hablan de su definición e integración.
Luego cada comunidad autónoma tiene sus propias leyes provinciales, como la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía o la Ley 1/2001, de 6 de marzo, del Patrimonio Cultural del Principado de Asturias.

Puede parecer que el patrimonio etnológico español está muy protegido, pero las leyes existentes solo se limitan a definirlo y a establecer qué entraría dentro de esta tipología y qué estaría fuera, pero no se establece un patrón de actuación adecuado para protegerlo. No se hace nada para salvarlo, y dudo que sepan qué salvar ya que cada día desaparecen pueblos y con ellos sus costumbres y tradiciones pero nadie hace nada al respecto. Los habitantes de estos lugares piden ayudas, piden subvenciones pero no son escuchados.

Como posibles soluciones propongo un estudio exhaustivo de las costumbres, folklore, oficios… que queremos que se incluya dentro de nuestro patrimonio etnológico, platos típicos regionales, ritos y festejos, indumentaria… hacer un estudio por comunidades y tratar y difundir esa información de una manera objetiva, hacer llegar a todo el mundo todo lo que podemos perder dejando de lado a las zonas rurales.
Hace 50 años era impensable y costosa una difusión fuera del entorno documental, pero actualmente con los medios digitales y tecnológico que poseemos, es posible una difusión más concreta y amplia.


Hace falta un conocimiento de las técnicas de trabajo de los oficios tradicionales, estimular la creatividad y el empuje comercial, estableciendo zonas de interés artesanal (localización de talleres) donde se recuperen trabajos que se realizaban antaño y que pueden recuperarse y aplicarse en concordancia con los oficios actuales.

La gran cuestión del tema que nos aborda es explicar la necesidad de que se sigan usando objetos preindustriales, que son mucho más caros y, en teoría, menos cómodos que los objetos artesanales.
Es decir ¿cómo podemos convencer de los valores profundos de los objetos artesanales como para que se asuman en la vida cotidiana actual? Es inevitable el desarrollo tecnológico que hemos sufrido durante las últimas décadas, que involucra cambios en sociedad, arquitectura… y en este tipo de sociedad parece ser que no hay cabida para objetos artesanales, y a veces se confunden con objetos como “el jarrón de una determinada tribu que solo trabaja con guano” o “una exquisita mesita estilo Luis XVI”… Creo que, el hecho de que sean objetos que reflejen muestras de vida que en la mayoría de los casos ya no existe, es un motivo suficiente para su conservación. Son objetos llenos de historia, de recuerdos… son los mejores libros de historia.
Quizás haya que conservarlos como un recuerdo venerable en casas y museos de identidad como algo "que nos explica el pasado" o habría que recuperarlos y actualizándolos sin caer en objetos “kitsch”, quizás asumiéndolos con naturalidad y haciéndolos convivir con los objetos industriales…

Debemos utilizar la Etnología como motor de desarrollo social para la recuperación de las raíces y de la identidad, que sirva como herramienta para combatir problemas actuales como el desempleo, la rotura de las relaciones de vecindad…

Un aumento de museos etnográficos locales o museos de identidad en los pueblos al borde del abandono y una recuperación y fomento de los bienes patrimoniales que poseen puede generar unos recursos que ayuden a ese pueblo a que salga adelante. En dichos museos se pueden albergar todo tipo de bienes etnográficos de dicha zona, artesanía, aperos, herramientas… pueden realizar charlas sobre los hábitos que tenían, los oficios… además se pueden crear departamentos a modo de escuelas taller con clases impartidas por Maestros Artesanos, y no por personal pseudo cualificado, para así continuar con el legado y con oficios que se han ido transmitiendo de generación en generación, siendo esto una inyección de empleo en la localidad, con la creación de pequeños talleres de diversos oficios.

Como conclusión, debemos pensar que una cesta, por ejemplo, antes de que la compráramos en una tienda, existía un oficio que era la cestería, que ese objeto estaba realizado a mano, sin la intervención de ninguna máquina. La mayoría de los objetos industrializados que tenemos alrededor, antes estaban hechos a mano sin la ayuda de ninguna máquina, salvo las manos y el cuerpo del “maestro”.

El patrimonio etnológico es nuestro legado… es nuestra herencia. Si no valoramos lo que nos ha sido transmitido de generación en generación desaparecerá una parte de nuestra historia, una historia que no aparece en ningún libro… perderemos la tradición.


17 de septiembre de 2011

El declive de los faros

Pequeños puntos lumínicos bordean nuestras costas destacando entre la oscuridad circundante. Algunos fijos, otros giratorios… poco a poco muchos de ellos se van apagando… se consumen, desaparecen… son nuestros faros.

Dentro del mundo náutico hay diversas maneras de facilitar la navegación de barcos y demás navíos. Entre ellas podemos mencionar los dispositivos acústicos, los radioeléctricos y los visuales. En este último quiero centrarme y más concretamente en los faros.


Todo el mundo, ya sea de mar o de tierra, de costa o de interior… tiene en mente cómo es un faro, ya que es un elemento arquitectónico característico de cualquier región costera y mundialmente extendido, a diferencia de cualquier arquitectura regional que se limita a una zona determinada.
Además posee infinidad de referencias, tanto literarias (novelas de Julio Verne, poemas de Pablo Neruda o de Rafael Alberti…) como cinematográficas (“el hombre elefante” de David Lynch, “el orfanato” de Juan Antonio Bayona…), sin olvidar referencias pictóricas, leyendas…

Básicamente un faro es una torre de base circular o poligonal, con una potente luz Fresnel en la parte superior, bien fija o rotativa, de diversas tonalidades, a la que se accede mediante escaleras de caracol y que posee varias dependencias anexas, como la vivienda del farero, sala de máquinas…
Se ubica cercana a la costa, junto a ella y en ocasiones dentro del mar a una cierta distancia de la costa, situadas por donde discurren rutas de navegación marítima y tránsito de barcos.
La mayoría de los faros, además de poseer haces lumínicos también están dotados de señales acústicas, sirenas… para los días que hubiese niebla densa y la señal lumínica no fuera suficiente.


La función de estas torres es la de avisar a los barcos de la cercanía de la costa y de las aguas menos profundas, evitando el riesgo de encallamiento. Gracias a los distintos intervalos de los haces de luz, de las distintas tonalidades… los marineros sabían en qué punto de la costa se encontraban. Además, les ayudaban para verificar su posición en las cartas de navegación.

No nos vamos a extender mucho más en detalladas descripciones técnicas, en tipos de luminarias, balizas… ya que hay infinidad de información, impresa y digital. Solo mencionar que durante la Edad Media no se perfeccionaron tecnológicamente pero si en su decoración y que en España actualmente hay 189 faros, de los cuales solo 37 tienen farero. Además existen 29 faros aeromarítimos, que sirven de ayuda a la navegación aérea.
Los faros que siguen en funcionamiento lo hacen gracias a sistemas electrónicos de control.

Durante toda la historia se han erigido multitud de faros, siendo el más antiguo la Torre de Hércules, situada en A Coruña (Galicia). Es un faro romano y tiene el privilegio de ser el faro más antiguo del mundo que aún está en servicio. Se construyó en el siglo I d.C. y, tras muchísimo tiempo, finalmente fue declarado Monumento Patrimonio de la Humanidad el 27 de junio de 2009.


Otros faros importantes y dignos de mencionar son el mítico faro de Alejandría (construido aproximadamente hacia el año 300 a. C.), el Coloso de Rodas (del año 291 a. C.)…

Los faros han quedado relegados al olvido con la aparición de los modernos sistemas de localización vía satélite o GPS, radares, localización por móvil. Poco a poco los fareros han ido desapareciendo y con ellos su función, su trabajo… su vida. Las leyendas de marineros pierden una figura clave.

La verdad es que es difícil concebir una costa sin faro. Es increíble el nexo que se puede establecer entre un lugar y una construcción, pero a veces los faros pasan desapercibidos, y se le da más importancia a los paseos marítimos y demás lugares turísticos y comerciales que a estas construcciones.
Como suele suceder con infinidad de construcciones, no se conceden subvenciones para su recuperación, su mantenimiento y mucho menos para su difusión.


Aunque se haya perdido el uso al que estaban destinado ¿por qué no conservarlos? Se puede modificar su mecanismo para que funcione con energía solar, que sigan luciendo aunque no guíen a los marineros, que sea una luz en la noche, una luz simbólica...

En primera instancia, y el uso que surge en un primer pensamiento, es que se puede transformar el faro en un museo marítimo (tal y como sucede en los faros de decenas de pueblos costeros, como el faro de Cabo Peñas en Asturias), pero profundizando un poco más, la mayoría de los faros solo se componen de un fuste, por lo que sería bastante difícil que albergara un museo sin una construcción nueva anexa (que no es el caso) o utilizando una dependencia anexa existente si hubiera.

Sería factible una conversión a un pequeño santuario, un lugar donde los visitantes pudieran poner una ofrenda a modo de vela, de nota, mensajes... (similar a la casa de Julieta en la italiana Verona), ya que el mar y el agua también tienen muchas referencias con la vida y la muerte, por ejemplo el mito del barquero, el mito del holandés errante…


Al encontrarse la mayoría de los faros en acantilados, antes de una transformación en centro de visitantes o en un lugar de encuentro de senderistas y visitantes, se debe primar la seguridad mediante señaletica adecuada, barandillas, escaleras y caminos en buen estado…

Desde mi punto de vista los faros serían, sin duda, uno de los ejemplos más claros de conversión a residencia, a diferencia de otro tipo de construcción más regional en el que un uso residencial sería totalmente tachado. La mayoría de los faros poseen dependencias en su interior o en construcciones anexas que funcionaban como la vivienda del farero y, en muchos casos, de su familia también, por lo que dicha transformación residencial sería muy factible en este elemento patrimonial.

Otro uso que disponen, menos conocido quizás y fuera del ámbito turístico, es el de su conversión a observatorios ornitológicos. Un buen fin y, desde mi punto de vista, muy factible es una adaptación del faro en un laboratorio de investigación, tanto de especies marinas, animales, aves, plantas… todas ellas autóctonas, estudio de la flora y la fauna, técnicas de prevención y de conservación… de esta manera se vela por la continuidad de esta construcción y, a la vez, de la biodiversidad que lo rodea.

Sea cual sea el uso que se le pueda y quiera otorgar, el caso es que la situación actual de los faros no es muy favorable, la tecnología avanza y, lamentablemente, ello conlleva el abandono de la tradición. En vez de buscar una simbiosis entre ambas se opta por la desaparición, en cualquier ámbito… se sustituyen los faros por navegación digital, se sustituye al farero por máquinas…

O reaccionamos o estas construcciones pasaran a formar parte del amplio listado de construcciones tradicionales desaparecidas.